Hacía mucho que una peli no me dejaba pensando en ella durante días (bueno, realmente no hace tanto, desde que hace unos meses vi La escafandra y la Mariposa). El caso es que esta película, basada en un cuento infantil precioso de Maurice Sendak, me ha sorprendido.
Si esperas ver una historia típica para niños, te equivocas, porque nada en esta película parece pensado para ellos. Empezando por la estética: paisajes cojonudamente creados todo con un toque como de atardecer abandonado, los monstruos, tan tétricos y a la vez adorables que no sabes bien si dejarte querer por ellos o esperar a que te coman de un momento a otro, la banda sonora... Y sobre todo el final, bastante amargo pero, como el resto de la peli, perfecto.
Y si tengo que ponerme quisquillosa, el único fallo que he visto ha sido dejar olvidado a uno de los monstruos, del que no se habla nada pero aparece durante toda la película queriendo decir algo. Si se me ha escapado la presentación de este animal, me disculpo.
Ahora yo también quiero un traje de rey de los monstruos.
